Artículo 11. Toda persona tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes.
El pasado jueves 3 de Octubre Carlos Sánchez, un inmigrantes venezolano, denunció haber sido humillado, torturado psicológicamente y encerrado durante 10 horas, para que finalmente lo deportaran, cuando llegó al Aeropuerto Internacional de Cancún.
Al momento de su ingreso a territorio nacional a pesar de que tenía toda su documentación en regla, lo hicieron pasar a otra sala para una “segunda entrevista” pero en realidad fue llevado a una sala dentro de la terminal, donde un sujeto vestido de civil y sin identificación alguna le exigió que ingresara todas sus pertenencias, especialmente su teléfono, en una bolsa negra, para luego llevarlo por un largo pasillo blanco a una segunda sala, donde había otros 60 venezolanos, incluyendo niños, en situación de encierro.
Desafortunadamente y a pesar de sus intentos por hablar con las autoridades el sujeto únicamente pudo escapar de esa desastrosa situación cuando un hombre del Instituto Nacional de Migración le informó oficialmente que “no cumplía el perfil” y que sería devuelto a su punto de origen. Le hicieron firmar una hoja tapada, sin que pudiera leer lo que contenía, y le devolvieron sus pertenencias, sin los 800 dólares que traía.
A no darle acceso a la República y hacerlo prácticamente un prisionero se violaron varios artículos de nuestra Ley Suprema, es por ese motivo que se debe hacer justicia con los encargados de dicho aeropuerto y con las demás autoridades involucradas.
Ricardo Caballero